6/29/25 - Apóstoles Pedro y Pablo

Queries hermanos y hermanas en Cristo: 

Este domingo, la Iglesia honra a San Pedro y a San Pablo, dos grandes apóstoles que ayudaron a dar forma a los cimientos de nuestra fe. Aunque muy distintos —Pedro, un pescador elegido para ser la roca de la Iglesia; Pablo, un antiguo perseguidor convertido en incansable misionero— ambos fueron transformados por la gracia de Cristo y entregaron su vida por el Evangelio.

En Hechos 12, vemos a Pedro liberado milagrosamente de la prisión por un ángel. Esto nos recuerda que ninguna cadena, ningún poder humano, puede detener la obra de Dios. En 2 Timoteo, Pablo, cerca del final de su vida, habla de haber “combatido el buen combate” y de haber conservado la fe. Su confianza no está en su propia fuerza, sino en el Señor que “estuvo a mi lado y me dio fuerzas.”

En Mateo 16, Pedro confiesa con valentía que Jesús es “el Cristo, el Hijo del Dios vivo.” En respuesta, Jesús le entrega las llaves del Reino. La Iglesia no se construye sobre la perfección, sino sobre la fe.

Hoy se nos invita a reflexionar: ¿Quién es Cristo para mí?

Pedro y Pablo proclamaron a Jesús no solo con palabras, sino con sus vidas. Por la gracia de Dios, se convirtieron en: la Roca sobre la que se edifica la Iglesia y el Testigo de quién es Jesús. Que tengamos el valor de hacer lo mismo. Santos Pedro y Pablo, ¡rueguen por nosotros!

Esta semana, al celebrar el nacimiento de nuestra nación en el Día de la Independencia, recordemos también que nuestra verdadera libertad no se encuentra en la autosuficiencia, sino en nuestra dependencia de Dios. Mientras damos gracias por las libertades que disfrutamos, reconocemos humildemente que nuestra esperanza, fortaleza y paz verdaderas provienen del Señor. “¡En Dios confiamos!” Que no sea solo una frase, sino la realidad de nuestras vidas.

Que este día festivo sea un momento no solo de celebración, sino también de reflexión y oración —por nuestro país, por nuestros líderes, y por corazones que busquen la justicia, la misericordia y la verdad. Sigamos construyendo una nación donde la libertad esté guiada por la fe y el amor mutuo. “Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor.” — Salmo 33:12

¡Les deseo a ustedes y a sus familias un Día de la Independencia seguro, alegre y centrado en Dios!

¡Dios los bendiga siempre!

P. Stan